El efecto Dunning-Kruger: Un riesgo para líderes
Decir que liderar un grupo de trabajo, empresa o espacio tiene sus dificultades es resaltar una obviedad. Lo que no es una obviedad —y se llega a pasar por alto más de una vez— es la clase de problemas que se encaran en materia de liderazgo.
Errores de logística, incompetencia de algunos miembros del grupo y fallas en la comunicación entre los miembros son algunos ejemplos, pero, sin duda alguna, el cuestionamiento sobre el liderazgo es uno de los más temidos entre las personas que llegan a ejercer este puesto.
Cuestionar las capacidades de un líder podría significar, inherentemente, que en realidad sí existe una carencia de dichas capacidades. Sin embargo, puede que no sea del todo exacta esta aseveración y esto puede ser debido al famoso efecto Dunning-Kruger.
“Las personas que tienen un escaso conocimiento tienden, sistemáticamente, a pensar que saben mucho más de lo que saben debido a que su propia incompetencia les dificulta reconocer sus errores y limitaciones.”
Justin Kruger y David Dunning
Así es, estamos hablando de un problema de percepción ocasionado por una ignorancia en habilidad o conocimientos. Es una distorsión del pensamiento que hace que la persona afectada “viva” en una verdad ilusoria al creerse superior a otros, pues en realidad su desconocimiento es tal que no se percata de su error de percepción.
Ahora imagina que en un grupo de personas liderado existan un par de personas viviendo y opinando a ras de esta realidad. No sólo encontraríamos conflictos entre los miembros del grupos, también, eventualmente, se pueden llegar a cuestionar las capacidades de un líder sin tener un argumento sólido.
Esto permearía una discordia en el grupo que, más allá de problemas de productividad y motivación, puede causar el desmantelamiento completo del grupo. Este efecto puede convertirse en un problema para una empresa completa.
Entonces ¿Qué hacer al respecto? Pues atacar el problema de raíz que deriva esta clase de pensamiento: la ignorancia.
Lo necesario sería abrir esa perspectiva sesgada para dar cuenta de que en realidad la persona está en un error. Demostrar, a partir de un mayor conocimiento del tema, cómo aquél elemento del grupo se encuentra en un estado de equivocación.
Bajo estas circunstancias, el mayor reto sería formar una postura crítica ante el conocimiento, al igual que desarrollar las habilidades necesarias de investigación al respecto de algo y, de esta forma, conseguir actualizaciones constantes de conocimiento.
No obstante, los integrantes del grupo subordinados a un líder no son los únicos que pueden caer bajo este efecto, el mismo líder podría hacerlo y en ese caso la situación resulta un poco más complicada de resolver.
El trabajo en equipo, entonces, debe convertirse en un jale y empuje de intercambio de información entre cada de uno de los integrantes de un grupo, incluido el líder del equipo.
En cierto modo es necesario tomar decisiones estando seguro de ellas, pero siempre estar preparado para la posibilidad de estar equivocado. Dudar, lo suficiente, de nuestras capacidades y estar dispuesta a ampliarlas en cualquier momento para actualizar el bagaje de conocimientos.